viernes, 12 de enero de 2018

Genaro hoy

Hoy leí esto y me encantó. Más que eso, me inspiró a hacer lo mismo con mis hijos:

5 COSAS QUE ME ENCANTAN DE GENARO (7 años y 4 meses)

1. Su talento natural para ser un hermano -y ahora un primo- mayor increíble. Cuando él nació, era el único nieto en mi familia, pero el número 13 en la de Javi. Por lo tanto, el rol del más chiquito lo tenía super bien asimilado. Con la llegada de Vito, y el año pasado de Manuel, mi sobrino, él pasó a ser el ídolo, el referente, el buscado y admirado. Y qué bien se la banca. Es paciente, cariñoso, generoso, comprensivo, dulce. Es todo lo que sus adorados primos Lola y Tommy fueron siempre con él, y por haber sido esa clase de referentes, siempre les voy a estar agradecida.

2. Algo que casi se relaciona con ser un buen hermano mayor, pero en realidad no: cuando empezó la fiebre de los Fidget Spinners, ellos ya tenían uno que les había traído el tío de USA, pero Vito no podía usarlo porque le quedaba muy grande para su mano. Por eso, cuando vi unos más chiquitos, le compré uno, y ya que estaba, otro más común a Geno. A la tarde, Vito salía una hora antes del cole que Geno, por lo que vio su sorpresa primero. Estaba fascinado, al punto que cuando llegó el hermano, salió a la puerta con spinner en mano al grito de "miráaaa lo que me regaló mamáaaa!" Genaro soltó la mochila, abrazó al hermano, se interesó por el spinner, le dijo que estaba buenísimo que fuera adecuado a su tamaño, lo felicitó, y entró. Me contó un poco de su día y se puso a tomar la merienda. Yo no lo podía creer. En ningún momento preguntó, se quejó, sugirió o demandó un spinner para él. Cuando le di la bolsa con el suyo, y lo vio, se le iluminó la cara y preguntó "¿Qué? ¿¿¿¿Para mí también hay????" Su selflessness me dejó maravillada. Le había alcanzado con la felicidad del hermano. De ninguna manera sentía que a él se le debiera nada, no necesitaba nada ni pensaba reclamarlo. Cuando fui, como en un trance, a contarle toda la situación a mí mamá, ella supo resumirme todo en una frase: "¿Y te sorprende? ¿No viste que es igual a Javi?" Y es cierto. Por más que a mí me parezca una actitud altruista, abnegada, casi superhumana e inalcanzable, es exactamente lo que haría, y de hecho ha hecho, Javi, en incontables ocasiones. En su momento me preocupé no estar arruinando algo de esa abnegación al efectivamente darle el spinner, como sembrando la semilla del "ojo que si hay para tu hermano, tiene que haber para vos", pero esa reflexión de mi mamá me hizo dar cuenta que Javi había plantado una semilla mucho más fuerte, mucho antes.

3. Lo bien que lleva su daltonismo, su forma de anunciarlo, reconocerlo y tratarlo simplemente como lo que es, ni más ni menos. Me ha contado que sus compañeros -y hasta un día su maestra- le hacen 'pruebas', como tantas veces he hecho con mi pobre padre. Estaba a punto de indignarme, pero vi que me lo contaba sin angustia, bronca o vergüenza. Le hacen pruebas de colores, después saltan a la soga, o se compran una Coca. No big deal. Una sola vez me dijo, con tristeza "Me parece que no me gusta tanto ser daltónico..." Fue hace poco, el 30 de diciembre, cuando finalmente le teñí el pelo de rojo, como habíamos quedado. Él soñaba con un rojo fuego; le quedó muy parecido a Ron Weasly, el amigo de Harry Potter, es decir, un colorado natural, pero bien evidente. Yo lo miraba y no lo podía creer; él lo miraba y, simplemente, no lo podia ver. De hecho, sentía que lo estábamos cargando, que complotábamos en su contra. Sí podía ver los mechones azules en la cabeza de Vito, pero en él no veía cambios. Cuando llegó mi papá, se sorpendió con los pelos de Vito, y le preguntó a Geno si él no había querido teñirse. Listo, confirmado. El daltonismo no los dejaba distinguir el colorado del pelo natural de Geno, que es castaño claro. Flash. Cuando se le fue el color rojo, Genaro pidió el azul, que es bien evidente y que sí puede ver con claridad.

4. Su absoluto, pero no sofocante, sentido de la responsabilidad. Desde el día 2 de primer grado, Genaro se armó su propia mochila, con los cuadernos, libros y materiales especiales que tenía que llevar cada día. Hicimos un cronograma semanal que pegó en su escritorio y usó como referencia (el hecho de que entrara a primer grado leyendo fluidamente nos facilitó mucho las cosas en este sentido). Hizo la tarea mayormente solo, y mayormente sin quejas ni comentarios. Quiso ir todos los días al colegio, todos-todos, aunque tenía una posibilidad que no había tenido nunca, la de faltar porque sí, porque ahora mi mamá lo podía cuidar a la tarde. En un momento llegué a preocuparme un poco, porque se negó a faltar para ir al cine con su abuela, a ver una película que solo pasaban en horario escolar, y a faltar el día del cumple del hermano, aunque sí aceptó la idea de salir antes, a la hora de la fiesta. Por suerte, cuando llegó octubre y el festejo del Día de la Familia en el jardín de Vito, Genaro, ya cambiado con su uniforme, a último momento dijo "Bueno, no, mejor sí quiero ir al jardín con Vito". Se cambió de nuevo, y allá fue, a jugar toda la tarde con su papá y su hermano. Fue una tranquilidad para mí, ver que podía seguir priorizando lo más importante, y que se pudiera dar cuenta que nada iba a cambiar por faltar un día al colegio. Ahora, en época de colonia, todos los días le pregunto "¿Querés quedarte en casa hoy?" cuando le cuesta levantarse. "No, prefiero ir a la colonia", dice, y amanece con una sonrisa, a armarse la mochila.

5. Su relación conmigo. Mucha gente me dice, y yo coincido, que Genaro es muy parecido a mí en su personalidad (con excepciones, claro; véase el punto 2 de este post). Eso no necesariamente significa que nos tenemos que llevar bien, pero de alguna manera, funcionamos armónicamente como madre e hijo. Tenemos un pacto donde él hace cosas por mí, y por él mismo, como lavar su ropa, y yo hago cosas por él, como comprarle Los Sims para jugar juntos, o llevarlo adonde me pida. Todas las noches leemos en su cama, un párrafo cada uno, y ese es uno de mis momentos preferidos del día. Ahora, en verano, a mí me cuesta muchísimo el contacto físico, porque el calor me anula, y él lo entiende perfectamente, evitando tocarme los días de calor, cosa que me genera una enorme culpa, sí, pero también un gran agradecimiento.


Genaro es lo máximo, es un placer ser su mamá y estar con él todos los días. Amo verlo crecer, aprender cosas que yo no le enseño ni le podría enseñar, perseverar, y conocerse aún más. Esta lista podría tener 50 items en vez de 5, pero vamos por partes.

Mañana, la edición de Victorio.


3 comentarios:

  1. Me encantó esta idea. Cuánto ha crecido! siento que lo conozco hace tanto (de hecho desde Primerizando....)

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  2. Me identifiqué MUCHO con el punto 4, yo era igual. Pensé "seguro es de virgo" (como yo) (porque un poco creo en eso). y sí.

    Volviste con todo! Se ve que tenías ganas de escribir. Y ya no hay de este tipo de blogs, así que me encanta :)

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