miércoles, 24 de enero de 2018

La malcriada

Todos los miércoles, desde mediados del 2016 más o menos, vamos al "Club de los Miércoles". En realidad, se trata de un almuerzo en lo de mi abuela, pero mi tendencia a ponerle nombre a todo hizo que enseguida algunos de los habitués empezáramos a llamarlo así.

Antes cocinaba mi abuela; ahora es mi tío el que hace el 90%. Para varios de nosotros, la llegada del miércoles trae la promesa y la alegría, no solo del encuentro, si no de la mejor, más casera y más copada comida que comemos en la semana. Porque tanto tío como abuela, además, son grosos cocinando.

Generalmente somos entre 10 y 15, entre dueños de casa, hijos, nietos, bisnietos y novios o maridos. Durante el año, yo estoy siempre apurada porque entro a trabajar a las 3:20, pero en estos meses puedo quedarme hasta la hora que sea, ayudar a levantar la mesa, y disfrutar de una sobremesa más larga.

Básicamente, es la mejor excusa para tener una cita de media semana preprogramada y sostenida en el tiempo con mi abuela, a quien si no, solo vería los domingos. Como felicidad extra, me da la posibilidad de compartir un almuerzo en la semana con Javi, que se organiza para venir casi siempre.

Anoche la susodicha me llamó para preguntarme cómo era mi relación con los champignones. Le dije que los he tragado, pero que no me copan, y le sugerí que dejara los fideos que quería hacer hoy para cuando yo me fuera de vacaciones. Le pareció un buen plan, y zafé de los champignones. Otras veces, cuando llega la hora del postre, me dice que hay bananas, o duraznos en almíbar, y que compró "el dulce de leche tuyo". Es que la genia sabe que amo el ddl, pero solo el de La Serenísima, y solo el estilo colonial. Y en vez de mandarme a cagar como bien podría hacer una abuela a su nieta boludona y caprichosa de 33 años, ella va y compra, o manda a comprar, el dulce de leche que me gusta a mí.

Entiendo que tener abuelas a esta edad es un lujo. Pero tenerla a ella, (y a la otra, quien merece mil posts aparte), ya es tocar el cielo de las abuelas con las manos.

1 comentario:

  1. Que linda costumbre! Ademas de porque comes algo rico, por el encuentro familiero que es lo mejor.
    Disfrutá a tus abuelos.. yo no tengo a ninguno ya, aunque a decir verdad siempre dejaron bastante que desear, no eran los tipicos abuelitos amorosos de los cuentos jaja.

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